Historia del Santuario-Parroquia de la Virgen Madre en sus 50 años
Hacia fines de la década de 1960, la zona de Sarandi Este, perteneciente a la Diócesis de Avellaneda, se encontraba con una falta de atención espiritual, que se sumaba al crecimiento de sectas y otras iglesias cristianas evangélicas. El origen de la creación de un núcleo dedicado a venerar a nuestra Madre, la Virgen María, se debe al pensamiento de Mons. Eduardo Francisco Pironio.
En 1967 el Papa Pablo VI lo había designado como
Administrador Apostólico de la Diócesis de Avellaneda, y entre sus numerosas
obras le encomienda al Padre Francisco Berisso, Cura Párroco
de la Parroquia Santa Teresita, que comience a sentar las bases
para la formación de una nueva comunidad, y que busque un lugar para
fundar un santuario mariano. Sería la primera vez que la Diócesis tendría
una zona dedicada a la Virgen María en su advocación de Madre.
Los esfuerzos del Padre Berisso se concentraron en dos puntos importantes:
con la comunidad local se crearon grupos para orar y organizar
el nuevo proyecto, en los cuales el Padre se reunía en las casas
de las familias del barrio; y mientras tanto, con la asistencia de las “piernas”
del Padre Berisso se buscó un terreno adecuado y se averiguó en
la ciudad de La Plata sobre su propiedad. Nos referimos al terreno ubicado
entre las avenidas Roca, Debenedetti y la calle Escalada.
Aquel 15 de agosto de 1968, con motivo de las fiestas en honor a la
patrona de la Diócesis de Avellaneda, Mons. Pironio firma el decreto de
creación de la nueva Vicaría local, bajo la advocación de la “Virgen Madre”,
dependiente de la Parroquia Santa Teresita, y designando al Padre
Francisco Berisso para hacerse cargo de ella.
Los límites de la nueva Vicaría estaban comprendidos entre la Avenida
Mitre y el actual Acceso Sudeste, y entre el Viaducto de Sarandí hasta
la calle Iriarte; límites que se conservan actualmente en la Parroquia.
El 21 de septiembre de 1968 en un local provisorio ubicado en la calle Vicente López, entre Zamudio y Espora, en el almacén de la familia Castro, se celebra la primera misa en el barrio.
El 11 de octubre de ese mismo año, se celebraron las primeras fiestas patronales, donde se menciona en un artículo de un diario local de la época la participación de los alumnos del Colegio Parroquial Santa Teresita en la celebración.
El 22 de noviembre de ese mismo año el Gobernador de la Provincia firma la donación oficial del terreno. En el artículo segundo del documento se impone “... como cargo de la donación la obligación 4 de construir en el inmueble donado un Templo o Capilla para atender servicios religiosos y dependencias anexas destinadas a servicios sociales...”.
Pero la cesión del terreno no se resolvería de forma tan simple.
A partir del 31 de diciembre de 1969, y hasta la construcción del templo, las misas se celebrarían los sábados por la tarde, en un garaje frente al local donde se celebró la primera misa, sito en Vicente López 2433, propiedad del Sr. Carlos Mieg, quien dedicó el resto de su vida a ayudar como sacristán en la capilla. Aun se lo recuerda con su inseparable bicicleta por las calles del barrio. También se comienza a enseñar el catecismo con la ayuda de Doña Francisca y Doña Ina, y se conservan algunas fotos de las primeras celebraciones de las primeras comuniones de los niños de la comunidad. Asimismo, los bancos donde los feligreses se sentaban para participar de las misas aún se encuentran en nuestra parroquia, donde se sientan los actuales catecúmenos. Pero en aquella época, una parte del garaje lindaba a la huerta de Don Carlos, donde plantaba lechugas y criaba gallinas, que fueron parte del marco de las misas y da cuenta de lo provisorio de la situación.
El proyecto de edificación del templo fue realizado por el Sr. Ing. Elido Scian, un desafío para diseñar un espacio amplio en solamente 260 m², quien le sugiere al Padre Berisso una planta de forma pentagonal de 12 metros de lado.
Pero éste recién era el comienzo del largo camino, ya que se presentan como supuestos propietarios un grupo de personas, que interponen recursos para obtener una indemnización superior por la expropiación del terreno de la que habían sido objeto en su momento.
Todos estos 6 acontecimientos retardan en casi diez años la adquisición definitiva del terreno, el cual finalmente se pone a la venta en enero de 1978.
El día 11 de octubre de 1979, al año de la bendición del terreno se coloca la piedra fundamental de la obra. Varias fotos dan cuenta del periodo de construcción del templo, cuya dirección de obra estuvo a cargo del Sr. Celleri, vecino de la comunidad. Recordamos al Padre Berisso hasta en los días “libres” partiendo cascotes y acarreando materiales de construcción para adelantar la obra, incluso durante los feriados nacionales junto a voluntariosos vecinos del templo.
Al finalizar la primera etapa, se contaba con la loza, las paredes fundamentales y las ventanas, y a partir del 8 de diciembre de 1980 (Año Mariano Universal) con la Fiesta de la Inmaculada Concepción y las Primeras Comuniones, la misa dominical se comienza a celebrar en la planta baja del templo manteniéndose los sábados por la tarde. La catequesis también se trasladaría por aquellos años al templo, nunca dejó de funcionar.
También se formó un grupo de jóvenes de Acción Católica, los que se reunían en la planta baja del templo y luego continuaban con actividades y juegos en la planta alta, donde aún no se encontraba terminado el techo; esta circunstancia daba lugar a la organización de juegos varios, incluso partidos de vóley. Respecto de otros grupos formados en el seno de la Vicaría podemos mencionar la Legión de María, 8
el Apostolado de la Oración y varios grupos de oración. Algunos de estos grupos continuaron hasta el aniversario Nro. 50 de la parroquia.
Los recordados bonos contribución ayudaron a progresar en la construcción del resto de las paredes, los pisos y finalmente el peculiar techo.
Un dato para destacar es que nunca se contó con otra ayuda que la prestada por los vecinos, colaboradores y amigos del Padre Berisso. Junto con el crecimiento material de la comunidad, el Padre Berisso procuró que sus miembros se formaran y consolidaran espiritualmente; es por ello
que envió a varios feligreses a participar de los Encuentros Matrimoniales y del Seminario Catequístico Pablo VI.
El 15 de Agosto de 1988, fecha de la clausura del Año Mariano Universal, y diez años después de la bendición del terreno, Monseñor Rubén Di Monte bendijo y consagró el templo, y desde aquel momento las misas comenzaron a celebrarse en la planta alta.
Hasta 1988 las obras interiores continuaron en la planta alta y baja del templo: la colocación de los pisos, los ventanales, vidrios, el altar de mármol y la pila bautismal.
La década de 1990 transitó con la incorporación de los actuales bancos y la adquisición de los elementos fundamentales para completar el marco litúrgico.
El ambón torneado en madera fue bendecido e instalado durante las Fiestas Patronales del 11 de octubre de 1995. El vía crucis en madera junto a la cruz con el Cristo, fueron labrados por el mismo artesano que talló la imagen de la Virgen Madre, que hasta hoy se expone en el altar. Esta última imagen de madera, en forma de media luna con los rostros de la Virgen y el Niño, con formas más contemporáneas de la alegoría de la maternidad de María, comenzó a exponerse en lugar de la primera imagen de María con el Niño Jesús de yeso, pues había quedado muy pequeña para ocupar el espacio en los nichos torneados en madera y empotrados en las paredes del altar.
Durante los años de existencia como Vicaría Local, dependiente de la Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, la comunidad de Virgen Madre participaba todos los años de la procesión anual a la Basílica Nacional de Luján con uno o dos micros. Esta procesión se desarrollaba 10
al dar inicio el mes de María, por los primeros días de noviembre, y mientras pudo hacerlo el Padre Berisso celebraba la misa para los peregrinos
en el altar central de la Basílica.
El 27 de febrero de 1999 la Vicaría es nombrada Parroquia, y el Padre Berisso asume como primer cura párroco. Como regalo, la nueva parroquia recibe de la Parroquia Santa Teresita, siendo párroco el Pbro.
Gabriel Favero, la imagen patronal de la Virgen Madre, traída desde España. Desde aquel año la acción pastoral de la novel Parroquia se comienza a extender hacia los barrios laterales a la laguna La Saladita; éstos son el Barrio Núñez y La Saladita, comenzando a conformar el núcleo de la Comunidad María Inmaculada. La misa dominical se celebra en el Club Siglo XXI y comenzaron a funcionar los grupos de catequesis. Con el tiempo la celebración de las misas se trasladaría al quincho de la Cooperativa Barrio Núñez, como así también la catequesis.
Entre los eventos comunitarios más recordados podemos mencionar las “cenas comunitarias”, con motivo de las celebraciones patronales y
alguna fecha patria. Además se organizaron en la parroquia dos peregrinaciones al Santuario de Nuestra Señora del Valle de Catamarca y a
Tierra Santa, Lisieux y Roma. En ambas peregrinaciones participaron miembros de las comunidades de la Parroquia Virgen Madre y la Parroquia
Santa Teresita. Además, con motivo de la Jornada Mundial de la 11 Juventud, en el año Jubilar 2000, también jóvenes de la Parroquia participaron de la peregrinación a Roma.
El fallecimiento del Padre Berisso se produce el 20 de enero de 2008, y momentáneamente sus restos descansarían en el cementerio de Avellaneda. Ese mismo año, el Señor Obispo nombra al Presbítero Omar Alejandro Rey como nuevo cura párroco, quien el domingo 3 de marzo toma posesión de la Parroquia en una misa donde asistieron una importante cantidad de sacerdotes
y feligreses, y con un ágape organizado por los miembros de la comunidad parroquial.
Por aquellos años, tuvo lugar la colocación de la campana, donada por el Círculo Friulano de Avellaneda. Esta campana fue construida en el
Friuli, región nordeste de Italia, que es famosa por la construcción artesanal de campanas para sus característicos campanarios entre las
montañas.
Todos recordamos al Padre Berisso con su sotana atada a la cintura y una pala o un pico en sus manos, y será recordado por el emprendimiento de muchas obras edilicias. Fue una de ellas la ampliación de la Parroquia Virgen Madre con la adquisición y refacción del Anexo Parroquial.
La idea de contar con un lugar para el esparcimiento de los niños de la parroquia fue la inspiradora para su adquisición.
El galpón con tinglado y la construcción lateral se inauguraron y se imprimieron las manos de los niños sobre el portón de entrada, a modo de
sellar esta ilusión. Las instalaciones serían muy bien aprovechadas con el tiempo, donde actualmente funcionan varias actividades de la parroquia, reuniones, actividades para el barrio y vivienda del cura párroco.
Éste fue el motivo fundamental para que durante las fiestas patronales de 2008 se le coloca el nombre de Monseñor Berisso al Anexo Parroquial,
en conmemoración a su obra.
El 21 de Septiembre de 2009, fecha significativa para la Parroquia, aniversario Número 41 de la celebración de la primera misa en el barrio, se trasladan los restos de Monseñor Berisso al templo Parroquial, donde quiso que sea su último lugar de descanso; aunque no en el lugar que él mismo había diseñado (bajo el altar), sino en uno de los laterales, junto a la imagen de Ntra. Sra. de Luján que siempre lo acompañó al lado de la secretaría parroquial, tanto en Santa Teresita como en Virgen Madre. La placa de mármol delante de sus restos reza lo siguiente:
“Mons. Francisco Carlos Berisso *15-05-1923 +20-01-2008 Servidor fiel y solícito, padre generoso. Sembró edificando el Reino de Dios.
Confió plenamente en la Virgen sin mirar hacia atrás”.
Las obras en la Parroquia continuaron hacia delante y las dividimos en cuatro partes:
A) Templo parroquial. Se trasladó la sacristía a la planta baja dejando lugar para que en la entrada al templo haya un pequeño oratorio que hace las veces de confesionario.
B) El otro pequeño espacio se destinó para albergar instrumentos musicales y de audio, ya que se adquirió un equipo dotado de micrófonos inalámbricos, dos potentes parlantes y un sintetizador.
C) En la planta baja se dividió el salón grande en cuatro partes, quedando construidas tres salas para catequesis y una sala central.
D) Se las identificó con los nombres de Santa Madre Teresa de Calcuta, San Cayetano, Santa Teresita del Niño Jesús y Siervo de Dios Juan Pablo II, nombres que surgieron de una votación entre los niños de la catequesis.
Al inicio de la Semana Santa de 2010, y con motivo del Bicentenario de la Patria se entronizaron las banderas de la República Argentina y del Vaticano a los costados del altar. Las puertas de la entrada del templo confeccionada en aluminio y vidrio fueron reemplazadas por puertas de madera labradas con una cruz en dos etapas: primero en las fiestas patronales de 2010 la puerta de entrada principal al templo de la esquina de Roca y Debenedetti, y al año siguiente en las fiestas patronales de 2011 la puerta dela Av. Roca.
En 2013 se hicieron nuevas reformas:
A) se colocaron 4 ventanas, dos de ellas en la sede del altar y dos en el fondo del templo sobre la Av.
Debenedetti.
Se hizo nueva la sede y el bautisterio, colocando nuevos asientos y piso de porcelanato, en un tono similar al granito colocado como piso en el resto del templo.
Se colocó la Virgen Madre (imagen de madera) en el centro de la sede, y se colocó la cruz elevada sobre el altar. El sagrario se hizo nuevo al igual que el ambón en madera.
Y dentro del centro del techo se instaló una araña con lámparas.
B) Anexo parroquial. Durante los tres últimos años se mejoró la capacidad del anexo, se acondicionó la vivienda del sacerdote, tanto la planta baja como alta, colocando gas natural y agua. Posteriormente se reconstruyó la casa parroquial, donde se recuperaron algunos salones, contando actualmente con una habitación para huéspedes, un living-comedor y una cocina totalmente acondicionada. El anexo parroquial, constituido además con un salón con tinglado se bautizó con el nombre de Monseñor Francisco Berisso, nombre que se puede leer en la entrada de la Av. Roca como así también en el interior del salón, junto a la frase del evangelio que el P. Berisso pronunciaba permanentemente: “el que quiera ser mi discípulo niéguese a si mismo, tome su cruz y sígame”. Una de las últimas obras concluida en 2011 fue el traslado de la parrilla, instalada antes en la planta baja del templo, para una mejor organización de los eventos.
C) Nuevas actividades. En el primer año de párroco, el P. Omar incorporó la secretaría parroquial, que nunca dejó de atender las consultas y diversos pedidos. Durante los primeros años se incorporaron grupos de catequesis especial, catequesis de adultos, de adolescentes e infancia misionera, los cuales están activos cuando hay inscripciones. Actualmente continua funcionando Cáritas parroquial, complementada con la Feria Americana, en el antiguo garaje en la planta baja del templo. Desde 2009 se incrementó la cantidad de ministros de la eucaristía para lograr una mayor presencia en los geriátricos y en los hogares que necesitan de la Eucaristía.
D) Proyectos. Si hay dos puntos que no cambiaron del anterior párroco a éste, son los proyectos futuros y la comunidad que colabora para que se lleven adelante, despacio pero seguro. Se está pensando en incorporar un cinerario, aún se está planeando el lugar más adecuado para su construcción. Se están buscando presupuestos y la mejor forma de mejorar las luces del techo del templo, para mantener lo más fiel posible el hermoso último recuerdo del P. Berisso de los misterios luminosos. Y una obra que es ansiosamente esperada por todos los miembros de la comunidad: tener el tinglado del salón del anexo en condiciones para utilizarlo dignamente en días de lluvia.
A partir de la llegada del Padre Pablo Andrés Balario, el 7 de Septiembre de 2014, la comunidad con su nuevo sacerdote, continúa con las actividades y proyectos, en consonancia con los sueños y criterios del Párroco fundador y su sucesor.
Entre los proyectos que se hicieron realidad, el primero de ellos fue la construcción del cinerario, en el patio donde el Padre Berisso tenía su parral y jardín, en la esquina de Av. Debenedetti y Escalada. Se levantó con adoquines y mármol y se colocó sobre la lápida una cruz de aluminio. En la ochava se colocó una reja para que todos pudieran hacer una oración al paso y un cartel de madera que recuerda a quienes pasan por la esquina, que se trata de un lugar de respeto, con la inscripción “Descansen en paz”.
Su finalización fue en febrero de 2015, inaugurándose el día miércoles de ceniza del mismo año. Sobre la esquina de Av. Roca y Av. Debenedetti se erigió una ermita en honor a nuestra madre la Virgen, con una imagen donada de Ntra. Sra. de la Medalla Milagrosa, y se aprovechó la oportunidad para arreglar el jardín alrededor de la ermita. También se mejoró un pequeño tramo de 20 vereda para caminar los días de lluvia, y recolocar los troncos anteriormente instalados por el Club San Martín que sirven de protección.
Durante 2016 se pintó por completo el interior del templo en color amarillo claro y blanco, resaltando la geometría interior del templo y la planta baja, y en el exterior se pintó el techo y el resto de la fachada con gran esfuerzo, y ya que el Padre y unos pocos fieles lo hicieron “a pulmón”. En esa misma oportunidad se aprovechó para instalar cinco acondicionadores de aire en el interior. Como todos sabemos, la iglesia sin oración no da frutos, es por ello que el Padre Pablo, remodelando una pequeña habitación de la planta baja finalmente logró cumplir con un deseo muy íntimo, de que la Parroquia tuviera una capilla de adoración.
Este espacio de oración se emplaza sobre la Av. Debenedetti y desde el momento de su inauguración permanece el Santísimo Sacramento para su adoración permanente. Un grupo de adoradores lo visita semanalmente.
Durante 2017 en el Barrio La Saladita, donde se celebraba misa desde 2012 (el Padre Berisso celebraba misa en el Barrio Núñez), con la ayuda municipal, en la calle Cucha Cucha 730 donde estaba la salita de primeros auxilios, se logró construir la capilla dedicada a Ntra. Sra. de Itatí. La inauguración fue el sábado 2 de diciembre de 2017 a las 12 hs, oportunidad en la que estuvieron presentes el Intendente Municipal Jorge Ferraresi y el Obispo Mons. Rubén Frassia. Pastoralmente, la Capilla es una gran herramienta pastoral, que ayuda a difundir el Evangelio en un sector alejado del templo parroquial. Ambas comunidades, con sus grupos y funciones específicas, conforman la gran comunidad de la jurisdicción parroquial.
Por último y tras largos días y meses de pensar, plantear y replantear el proyecto, en el año 2018 se instala un ascensor (salva escaleras) para acondicionar el templo y posibilitar el acceso a aquellos fieles con dificultades de movilidad, para asistir a la misa en la planta alta. Para ello, se modificó la entrada a los sanitarios y se excavó una fosa a fin de instalar el sistema de seguridad y una bomba sumergible. Entre los nuevos grupos parroquiales se incorporaron los grupos de oración, los días martes y se dispuso el grupo bíblico. Con el Padre Pablo, como asesor diocesano de la Acción Católica, esta institución volvió a la parroquia, donde desde 2015 el grupo está creciendo y participando de la vida parroquial. Y en la capilla Ntra. Sra. de Itatí comenzó a funcionar en 2018 el grupo de Exploradores de Don Bosco. Ambos grupos, son una bendición para iluminar a los adolescentes y jóvenes en los distintos barrios. Desde el empuje que le dio el P. Berisso a la comunidad, los viajes parroquiales a diferentes santuarios marianos del país se siguen realizando. Es un modo de seguir fortaleciendo el carisma de nuestra Iglesia, dedicada a la Madre. Tantos años han pasado, pero viviendo la misma fe, unidos al mismo Señor, y en el regazo de la única Madre del Cielo. Hacemos camino al andar, sabiendo que nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también, ansiosamente, esperamos a nuestro Salvador, el Señor Jesucristo (Flp 3, 20). Por lo tanto, la tarea continúa. Encomendamos a la Virgen a los que vendrán, y le pedimos al Señor, seguir creciendo en ser, cada vez, mejores testigos de su Resurrección, para acercar a otros a su Reino.
El padre Agustín Asume el 27 de noviembre del 2022.
Trabajo fuerte con las comunidades, se invitó a nuevas feligreses a formar parte de la vida de la parroquia, de esta forma se pretendió fortalecer a los distintos grupos.
Un gusto propio fue crear un grupo de hombres, donde se realizaban cenas, charlas y oraciones.
Se incorporó al calendario una misa mensual en el barrio Núñez.